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El
ladrón del Fin del Mundo: de caucho, energía y el Imperio de Semillas " por Joe Jackson Viking, 391 pp En 1876, elviajero británico Henry Wickham robó un tesoro botánico que cambió el curso de la historia. Fueron unas 70.000 semillas de Hevea brasiliensis, también conocido como el árbol de caucho Párr. Wickham contrabandeo desde las selvas del Brasil hasta los científicos de la reina Victoria en Londres, dando lugar a "al primer monopolio de un recurso estratégico en la historia de la humanidad". En su novela de no-ficción y de suspenso, "El ladrón en el Fin del Mundo", el autor Joe Jackson perfila un aventurero imprudente y corajudo, de lastimosa ineptitud y ambicion auto-destructiva El robo de las semillas de caucho por Wickham parece haber sido una de las pocas cosas que consiguió hacer correctamente. Salvo tal vez que se casó con Violeta Caso Carter, quien lo siguió hasta el mas recóndito lugar de la tierra, enferma ella, los lugares mas sucios, las enfermedades, la pobreza, la pestilencia y el peligro constante. Por último, dejo a Henry cuando, a los 50 años, la dejo sola durante 19 días en una isla remota, de Nueva Guinea, donde el canibalismo se sabia que era algo habitual. La inspiración de Wickham y su visión de sí mismo era con una maceta en algun remoto rincón del planeta donde se podría volver cada vez más rico con los árboles de caucho, o café, o de plátanos o de copra o papaya. Trató de conseguir fortuna con todos, y no, lo consiguió con ninguno en Nicaragua, Venezuela, Brasil, Belice, Australia y Papua Nueva Guinea. ElCaucho se estaba convirtiendo en el recurso natural más preciado en el mundo cuando Wickham comenzó sus aventuras. Luego el caucho empezó a ser utilizado en, los aislamientos eléctricos, las bicicletas, las llantas de automóviles y las máquinas de guerra. El Caucho se convirtió en el centro de una frenética,y violenta competencia internacional que se prolongo hasta que el caucho sintético se hizo cargo, poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Antes de que el robo de semillas de Brasil y su progenie se impusiera, no hubo tal cosa como una plantación de caucho.
•Uno de

los más codiciados recursos del mundo era drenado de los árboles silvestres, gota por gota, en las más difíciles y peligrosas condciones,que la imaginación pudiera crear en los mas riconditos y desolados lugares del mundo. Jackson, un reportero de investigación y experto narrador, describe vívidamente la atroz esclavitud en torno a la cosecha del caucho silvestre en el centro de África y en el Brasil de la Cuenca Amazónica. Durante los últimos años de los 1800, los trabajadores esclavizados del caucho fallecían en una tasa de muerte de casi 1 por cada neumático de auto producido. A principios del siglo 20, la competencia de las plantaciones asiáticas de Gran Bretaña - los árboles descendientes de las semillas Wickham contrabandeadas de Brasil en 1876 - obligó a los esclavistas de los negocios, a retirarse y por ende destruir la economía de la cuenca del Amazonas y enriquecer aún más al Imperio Britanico. Henry Wickham era un anciano en el momento en que el Imperio británico reconociera a regañadientes su contribución. Los cinetificos del control de experimentos botánicos de Inglaterra rechazaron su conocimiento del cultivo de árboles de caucho. Su falta de credenciales y su aire de auto-importancia eran motivo de "disgusto" entre los académicos. Pero las vastas plantaciones de Inglaterra en Asia, los descendientes de la "celebre semilla arrebatada", llenaron el 95 por ciento de la demanda de caucho del mundo a principios de 1900 y permitió a Gran Bretaña sobrevivir la I Guerra Mundial. Cuando por fin fue nombrado caballero por la reina Victoria, fue a los 74 años, Wickham, estaba desesperadamente pobre y sin Violeta, el amor de su vida. "Ellos se habían amado profundamente", dice Jackson. "Sin embargo, el caucho y la locura y la codicia se había puesto entre ellos. Ambos murieron solos." "El Ladrón del Fin del Mundo" es claramente el producto de un notable periodista de investigación y una clara idea de lo que se debe mantener y qué se debe dejar fuera de la histora.
• Los heroicos fracasos de Wickham y su amor descuidado, están narrados con agudeza y humor. Hay toques de Joseph Conrad el "corazón de las tinieblas" en los pasajes relativos a la selva y la forma en que "robaron a un hombre de su juicio y alimento los sueños de grandiosidad." Pero a diferencia de Conrad, Jackson tiene obviamente un mejor tempo en la historia que nos cuenta.
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